TAEKWONDO: UN CONFLICTO DIRIGENCIAL PERJUDICA LA PREPARACIÓN (ARGENTINA)

La Selección quedó en el medio y a la deriva
(foto Gabriel Taraburilli)

Los atletas no pueden entrenarse en el CeNARD ya que hay dos grupos que se disputan el mando de la Confederación Argentina.
A menos de 150 días del comienzo de los Panamericanos de Río de Janeiro, un deporte se encuentra en medio de una turbulencia institucional muy profunda. Es el taekwondo, que no le puede dar salida a sus problemas internos y así ve peligrar el buen desempeño de su representación, carente incluso de un lugar para entrenar.
La historia surgió el 25 de enero cuando la Confederación

Argentina de Taekwondo (CAT) publicó una carta abierta en la que denunció a Claudio Morresi, secretario de Deporte, por no dejar entrenar en el CeNARD a sus atletas. Allí se leyó: "Ante esta arbitraria y discriminatoria decisión (...), la CAT hace llegar su más enérgico rechazo".

La carta dijo una verdad. Pero no la única. Consultado por Clarín, Claudio Morresi dio su versión: "Dos partes se presentan, con documentos, al frente de la CAT. Ante esta situación se mandó el caso a la Inspección General de Justicia. Mientras, ofrecimos entrenar a cada una de las partes, con sus atletas, en distintos gimnasios. Pero los dos quisieron practicar en el mismo lugar. Entonces no se puede".

"Hay dos asociaciones", dijo Morresi. Y aquí está la cuestión que pone en riesgo a todo el taekwondo argentino. El no tener un lugar para entrenar es apenas el último eslabón de una cadena larguísima de desprolijidades que ahora encontró su nivel máximo de sinrazón.

Esta cadena comenzó el 11 de julio cuando Julio Cassanello, presidente del Comité Olímpico Argentino, renunció a su cargo como titular de la CAT. El vicepresidente Luis López ocupó su lugar. Pero éste fue removido debido que faltó tres veces seguidas a la reunión de Comisión Directiva. Y aquí empezó la división y el calvario de los atletas.

Al asumir el vice segundo, Emilio Casagrande, un sector de la confederación levantó su voz contra el supuesto golpismo que significó la destitución de López. Este sector tomó el poder en la CAT gracias a una asamblea convocada por Edgar Pérez Colman, autodesignado presidente vitalicio de la institución en épocas de la dictadura.

Pérez Colman, tras la reunión, quedó como interventor de la CAT. Hasta se nombraron nuevos entrenadores. Pero el ala de Casagrande consideró corrupto al nombramiento y no abandonó su posición. Es así que el taekwondo está dividido, a la espera de un fallo que resuelva qué grupo tiene la personería sobre la CAT. Mientras, los deportistas, que recibieron el apoyo de Morresi, esperan. Y desesperan por las luchas internas.

Publico Clarín 19/02/2007